Siempre que venimos a Madrid, de paso para ir al aeropuerto, pasamos por la puerta de Alcalá, pero nunca habíamos tenido la oportunidad de pararnos a verla bien y de cerca. Es un símbolo español sin duda. Para tomarnos la foto, tuvimos que esperar a que el semáforo se pusiera en rojo para los coches para poder pasar a la mitad de la calle a tomárnosla. Aparte esperábamos a que tampoco pasaran coches por atrás para que se viera vacío. Lo logramos, pero cuando seguimos caminando vimos que del otro lado había un jardín especial para ir a tomarse fotos. Pero bueno, nosotros ya habíamos tomado nuestra foto que queríamos.