Nos la pasamos tomado y probando diferentes vinos de Oporto. Cruzamos a la ciudad vecina de Oporto por el puente que a Jovet le daba vértigo cruzar pero se hacia el valiente para visitar 2 bodegas más. La primera fue Porto Cruz, el probo un Ruby y yo un Rose, deli, subimos a su rooftop y estaba bonita la vista pero no nos convenció de quedarnos. En el camino a la segunda bodega pasamos por la calle donde se encuentra una de las más reconocidas obras de arte urbano, el conejo y si estaba impresionantemente cool. La última bodega fue Quevedo, el vino de Oporto que más nos gustó.. para variar Jovet pidió un Ruby y yo pedí un Branco pero compartimos jiji…Nos toco también un mini show en vivo de Fado, el canto típico de Portugal.